El Burlesque siempre ha sido un género que conseguía poner entre las cuerdas de una forma irónica a una sociedad entera; es humor y poderse reír de cualquier tema. Y sigue haciéndolo, porque hoy también se encuentra entre el debate del feminismo: ¿mostrar los cuerpos es un acto de liberación o no?

Uno de los nudos del feminismo es el tema del cuerpo: décadas y décadas reivindicando el derecho de las mujeres a usar nuestro cuerpo como nos de la gana, para acabar ahora mirando con recelo a aquellas que lo muestran “demasiado” según algunas visiones del feminismo.

Algunas actrices y cantantes muestran imágenes sin pudor partes de sus cuerpos y su capacidad de atractivo y eso provoca por igual reacciones de rechazo por considerar que es una forma de vender y de sometimiento a la imagen o de aceptación por considerar una forma de libertad de expresión. ¿Pero qué pensaría Mae West de todo esto? Ella, una mujer que usó su cuerpo como instrumento de empowerment y que se la cataloga de revolucionaria… ¿Qué implica que una mujer se desnude parcialmente: liberación o comercialización? ¿O depende del objetivo?

Pero para tener opiniones con fundamentos es necesario el conocimiento. Vamos a repasar un poco la historia: hace unos años vivimos la revolucionaria época del destape. Las mujeres conquistaron el cambio: desde los felices años veinte, siguiendo con la aportación de Coco Chanel con la reinvención de la imagen de la mujer y ya con mucha fuerza, en los años 60 (con el invento de la minifalda de la diseñadora Mary Quant) o el bikini. Las ansias de mostrar piel han ido en aumento entre las mujeres. Cuando tras siglos de ocultarse y esconderse para ser “decente” llegó el destape entonces los conservadores se echaron las manos a la cabeza: era el principio de un cambio hacia la liberación de la mujer en materia de ropas y piel, y sin vuelta atrás: la nueva era de una mujer sujeto y no objeto. Pero pasadas unas décadas, una corriente del feminismo es ahora la que se echa las manos a la cabeza, como los conservadores hicieron, opinando que la liberación de la mujer se ha distorsionado y ha caído en trampas (refiriéndose al los desnudos o actitudes provocativas) y considerando que ahora no es ni mujer sujeto ni objeto, ahora es mujer cosificada.

Creo que tod@s estamos de acuerdo en que deberíamos desterrar la imagen y el uso de que para vender un coche es necesario mostrar una mujer en medio en pelotas, que para ser azafata de un evento deportivo hay que ir en minifalda y cosas similares. Pero es innegable que ponerse lo que a una le venga en gana es un síntoma de libertad. Y de eso va también el Burlesque: expresarse con total libertad haciendo de rana o haciendo de bailarina de ballet. Pero de ahí a que hacerlo o no hacerlo sea ser feminista está a años luz… Porque reflexionemos: ¿cómo “debe” ser un vestido feminista? o ¿cómo se “debe” bailar siendo feminista? o ¿cómo se “debe” seducir si nos apetece para que sea feminista?… Creo que se puede ser femenina y feminista, que no es cuestión de ir con pantalones o sombrero, ni de ir o no enseñando las piernas. Es más bien un tema de actitud, de fondo

La igualdad se ha basado en conseguir equiparar derechos y costumbres, brindándonos a todos las mismas oportunidades sin que por ello tengamos que suprimir nuestras diferencias. Pero parece que cuando hablamos de cuerpos, un hombre sin camiseta no molesta, una mujer sí. O un hombre bailando vestido de bombero encanta pero una mujer de secretaria sexy no es correcto. A lo mejor el problema está en los ojos que miran y no en el cuerpo que se muestra.

Nosotras bailamos burlesque, aprendemos a expresarnos con libertad, con seducción y amor propio. Y esa libertad nace precisamente de la ironía. ¿Puede ser irónico un desnudo? Quienes creemos en la seducción como un arte creemos que sí. Y a diferencia de las revistas dirigidas a mujeres (que dicen acompañar a la liberación de la mujer y luego tras los mensajes de aceptación y de “quiérete cómo eres te muestran el plan de adelgazamiento de la página siguiente y cómo modificar tu cuerpo para eliminar tus defectos), en el Burlesque no importa ni tu color, ni tu tamaño, ni tu pelo, ni las arrugas, ni el culo, ni tan siquiera el género. Porque sí, en la escuela hay grupos de burlesque para hombres. El Burlesque no limita por nada su práctica. Porque el Burlesque enseña a dejar de lado la presión social de los cánones, a sentirse libre y a estar cómoda con tu cuerpo. Y eso, no hay quien ponga en duda, que es un acto de amor propio y de empoderamiento. Porque no bailas para que vean tu cuerpo, no bailas para nada más que para moverte en libertad y transmitir: me amo y adoro mi cuerpo como es. Y es luchar, hacer que salga sin temor a nada ni a nadie, sin estereotipos, sin directrices más allá de la actitud y del ritmo. Porque esconder y ahogar nuestra naturaleza erótica también es represión.

Todas las elecciones son respetables si parten de la libertad personal y no vienen condicionadas por el entorno. Trabajar en eso, en el entorno que limita y direcciona, es lo importante, hacer del cuerpo nuestro aliado, no nuestra esclavitud, y eso es lo que te brinda el Burlesque. Así que dando voz a la libertad y al humor: pasen y vean y luego… ¡saquen sus conclusiones!