Las pestañas postizas son un elemento indispensable cuando hay que subir a un escenario, de lejos pueden quedar más naturales pero de cerca nos dan un efecto colosal, así que os traemos este post para culturizaros un poco sobre su historia y los tipos que podéis encontrar. ¡Disfrutad!

Nos remontamos en 1902, cuando un prestigioso peluquero e inventor llamado Karl Nessler inventó y patentó la primera táctica para tejer falsas pestañas y cejas.

Fue tal el éxito y la demanda, que tardó nada menos de un año a empezar a vender pestañas artificiales en su salón de belleza de Londres.

Karl ‘Charles’ Nessler [1872-1951] creador, entre otros, del rizo permanente. Conocido más tarde como Charles Nestlé.

En EEUU se pusieron de moda a partir de 1916, cuando el director de cine mudo D. W. Griffith tuvo el deseo de resaltar la imagen y las expresiones lo máximo posible de la actriz protagonista de su película Seena Owen. Para lograrlo le pidió a un fabricante de pelucas que ideara con pelo humano unas pestañas, lo que se convirtió en las primeras pestañas postizas (al menos que se tenga constancia). Se trataba de unos pequeños postizos tejidos a una malla fina que se adherían al párpado del ojo. Eran incómodos e irritaban el ojo pero lograron el efecto deseado y aunque la película fue un fracaso de taquilla, ha resultado ser un largometraje de lo más influyente en la historia del cine moderno.

Seena Owen

El fenómeno se empezó a extendir a partir de 1930 entre celebridades femeninas y los salones de belleza más populares y estilosos.

En los años 50, la chicas pin-up usaron las pestañas postizas para cargar su mirada de sensualidad y erotismo, y pusieron más de moda aún el uso de las falsas pestañas a todas las mujeres.

En 1958, se lanzó este artículo de la revista LIFE (imagen abajo) pretendiendo captar la atención al máximo de expectadoras posible poniendo imágenes de 3 mujeres con y sin estas extensiones. El artículo explica: Estas pestañas de plástico baratas están unidas a una franja transparente teñida para que se asemeje a la sombra de ojos. Pueden ser retirados cada noche y lavados con jabón y agua. Observe que en cada caso las cejas se han oscurecido y el delineador y la máscara se han utilizado también para aumentar el efecto.

Pero fue en la década de los 60, la década de las libertades, donde el gran cambio de actitud de las mujeres supuso un cambio en la moda y el maquillaje. Fue entonces cuando Mary Quant pasó a la historia de la moda creando la minifalda y se metió en el mundo de la belleza con una línea de cosmética y accesorios de los que podemos destacar las pestañas postizas con la modelo Twiggy. La influyente modelo popularizó a gran escala el uso de las pestañas postizas que incluso usaba para el párpado inferior.

Mary Quant entró en el mercado oriental y triunfó entre las mujeres asiáticas que se convirtieron en sus mejores clientas, tratando que sus ojos con escasas pestañas se parecieran a los de la famosa modelo. Las pestañas postizas habían vuelto para quedarse definitivamente. Bailarinas, coristas, actrices… Todas usaban pestañas postizas enmarcando su mirada.

Anuncio publicitario 1969 de las»Fashion Lashes» de Max Factor.

Desde ese momento las pestañas postizas se han ido mejorando para que su uso fuera menos molesto, más práctico y variado según el efecto deseado. Así, hoy en día podemos encontrar muchos tipo diferentes de pestañas postizas y también diferentes métodos para usarlas.

Las pestañas representan un símbolo de feminidad, seducción y erotismo.

La realidad es que un tercio de las mujeres considera que las pestañas son la parte más importante de su cara; Nueve de cada diez usan máscara de pestañas y siete de cada diez les gustaría mejorar el aspecto de sus pestañas. Los avances en los sistemas, cuidados, tratamientos y tipos de pestañas postizas han permitido su uso también para personas con enfermedades o pérdidas de pestañas por fármacos o por la edad.

Como decíamos, existen varios tipos: las hay de pelo natural y de sintéticas. Las naturales duran unas diez veces más que las segundas y su precio es, obviamente, mucho más elevado. Normalmente, las pestañas de pelo natural las usan aquellas personas que necesitan pestañas porque las han perdido por algún motivo mientras que las sintéticas se usan como parte del maquillaje.

También podemos encontrar en el mercado pestañas postizas fantasía. Son ideales para acabar un look determinado y aportar un aspecto diferenciado. Las hay con plumas, de colores, con piedras, purpurina, etc.

Las pestañas de cortina o enteras son las que comúnmente podemos encontrar en muchos comercios. Las hay de baratas o de precios más elevados según su composición.  Existen con diferentes longitudes y más o menos tupidas para que escojamos las que más nos gusten. Normalmente vienen con un pequeño tubo de pegamento para su uso, aunque se puede comprar a parte. Colocarlas bien es una cuestión de práctica y sacarlas no es nada complicado.

También existen pestañas “pelo a pelo” y son las que quedan más naturales. Cada pestaña se fija con un pegamento hipoalergénico muy efectivo. De esta manera, las pestañas naturales se van llenando a lo largo del párpado, más largas y realmente el resultado es bastante imponente. Se usan de diferentes longitudes que van de los ocho a los catorce milímetros,  colocando las más cortas a la zona más próxima al lagrimal y las más largas hacia fuera para dar la sensación de un ojo más abierto y alargado. Este tipo de pestañas dura unos dos meses tras su aplicación aunque se van retocando cada 15 días más o menos, dependerá mucho del trato. Deben ser colocadas y extraídas por una especialista para no dañar el párpado. La ventaja de este tipo de pestañas es que no pesan como las de cortina. Mucha gente recurre a ellas porque así no tienen que maquillarse prácticamente y guardan una apariencia real.

Finalmente, también está la opción de colocar pestañas permanentes. Son cada vez más conocidas aunque aún hay mucha gente que desconoce este procedimiento. Las pestañas permanentes requieren de un procedimiento quirúrgico, lo que hace que sean permanentes pero ello también incluye algunos riesgos como infecciones o inflamaciones entre otros. Se trata de un trasplante de los folículos de pelo para que salgan como pelo natural pero en los párpados. Se tarda unas tres horas y se agregan unas treinta pestañas por ojo. Aunque esta cirugía es costosa, sólo se hace una vez.

Como veis, el mundo de las pestañas postizas que a priori nos puede parecer tan complicado o confuso, no es para nada algo difícil o alejado. Muchas personas las usan habitualmente y en el mundo del espectáculo es un elemento indispensable que hay que aprender a usar 😉

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