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Cleopatra: Su fama, su historia y sus leyendas
Si de mujeres con poder hablamos, sin duda, Cleopatra es la reina. Su fama inagotable, su historia y sus leyendas han pasado a la historia y 2000 años después aún suscita misterios, admiración y inspiración.
Por todo ello, hemos decidido hablar un poco de esta gran mujer y aprender un poco de sus habilidades y actitudes conocidas o no tan conocidas.
Para empezar vamos a repasar su historia. Cleopatra Filopator Nea Thea nació el año 69 a.c. Cleopatra fue nombrada reina de Egipto con 17 años, casándose con su hermano Tolomeo XIV de 9 años de edad en ese momento. Cleopatra fue una mujer muy instruida; ella siempre supo que el conocimiento le daría la fuerza para conseguir lo que quería. Hablaba entre 6 y 9 idiomas, conocía la historia y sabía que debía conocer bien a sus rivales para poder llegar a cumplir sus objetivos. Cleopatra, puede que por los mismos deseos de su padre, tenía claro que quería ser reina de un imperio, así que desde el primer momento instigó en contra de su hermano. Compartir el trono no entraba dentro de sus planes. Los altos cargos del imperio Egipto, que se daban cuenta de sus intenciones, hicieron lo posible por alejarla así que con veinte años Cleopatra es bajada del trono y expulsada de Egipto.
Eso no supuso ningún problema para Cleopatra que refugiada en Siria no se rindió. Reunió un ejército para luchar contra su hermano. En ese punto entra en juego el conocido Julio César que había sido designado por el padre de Cleopatra como hombre de confianza para intervenir buscando lo mejor para Egipto a su muerte en caso de discordia. Aunque en un principio Julio César sólo quiere que los dos hermanos vuelvan a reinar juntos, Cleopatra supo cómo conquistar al romano con su atractivo y sus festejos originales. Cleopatra sabía que necesitaba aquel hombre para conseguir sus objetivos y así poder reinar. Sus movimientos fueron astutos. Cleopatra se presentó envuelta en un gran tapiz como un regalo transportada por doce esclavos. El asombro de Julio César al descubrirla inició un romance que duraría años. Julio César tenía 52 años, ella 21. Los dos eran ambiciosos y aquello los unió más allá de la atracción inmediata.
Las luchas con su hermano no cesaron hasta que Julio César harto de su actitud bélica y cada vez con más implicado con Cleopatra decidió luchar contra Tolomeo, que acabó muriendo ahogado en el Nilo. César respiró tranquilo habiendo conseguido la paz en Egipto y proclamó a Cleopatra como única reina de Egipto. Cleopatra había conseguido su objetivo con la condición de casarse con su otro hermano de seis años, cosa que aceptó gustosamente. Ella sabía que cuando su hermano cumpliera los 14 años, sería quien mandaría así que consiguió matarlo envenenándolo. Dicen que César, en lugar de castigarla por ello, incluso admiró la osadía de Cleopatra ante tal acto.
Cleopatra nunca paró de seducir a ese hombre tan poderoso, conocedora de que su amor por ella siempre sería una gran protección para sus deseos y algunas revueltas que él fulminaba con su ejército. Por ello, han pasado a la historia las fiestas y orgías que Cleopatra organizaba en su nombre, cruceros de tres semanas en navíos espectaculares o fiestas que dejaban a César más y más enamorado de ella. César retrasó su regreso a Roma todo lo que pudo hasta que al fin volvió a su hogar. Era el año 47 a.c, Cleopatra se quedó embarazada y tuvo un hijo al que llamó Cesarión. César invitó a Cleopatra a Roma, a la que recibió con asombrosas fiestas en su honor y un palacio maravilloso donde alojarse; incluso llegó a ordenar la construcción de una estatua de su amante para Roma que dispuso al lado de la de Venus Afrodita, diosa del amor. Los romanos no vieron bien este gesto pero nadie se atrevió a decir nada.
Al cabo de unos años Cleopatra conoce a Marco Antonio, el otro amor de su vida. Marco Antonio era un general de César que pronto se convirtió en confidente de Cleopatra y cayó rendido a sus pies. El asesinato de César la había alejado de Roma, pero ella ya había establecido un nexo con Marco Antonio que los haría inseparables. Cleopatra gobernó en Egipto con Marco Antonio, quien se estableció allí con ella formando una especie de monarquía independiente. Marco Antonio fue derrotado en una batalla naval contra Octavio y ofreció su vida para salvar la de Cleopatra pero Octavio no cedió. Ante los rumores de que Cleopatra estaba muerta, Marco Antonio se suicidó clavándose un puñal. Cleopatra no pudo resistirlo y tras pedir ser enterrada con él, cosa que no le concedieron, se vistió de Isis y se mató con el veneno de una serpiente. Puede que esa fuera la única batalla que no ganara.
Algunos estudios niegan la versión de la serpiente y se inclinan por otro sistema de suicidio con veneno. Ha sido uno de los suicidios más famosos de la historia.
¿Era Cleopatra hermosa?
Si bien Cleopatra siempre de nos ha presentado como una mujer de gran belleza física y así nos la han presentado en retratos o en el cine; parece ser que Cleopatra no era una belleza sin igual. De hecho, en las monedas donde ella está representada se dibuja el perfil de una mujer con una nariz más bien aguileña y aspecto masculino. Según algunas descripciones de ella que han pasado a la historia, era una mujer guapa pero no de una belleza incomparable. Lo que sí todos describían era el atractivo que tenía, lo bien que sabía hablar y reconducir cualquier conversación haciéndose agradable a todos con su deliciosa voz. Plutarco la describe afirmando que tenía “un encanto irresistible, y su presencia, combinada con la capacidad de persuasión de su discurso tenía algo estimulante”.
Y eso es lo importante: el encanto de Cleopatra tenía poco que ver con una belleza sin igual y todo que ver con su inteligencia, su tono de voz, su osadía, su actitud y su capacidad de resultar atractiva y sensual cuando quería. Realmente debió de ser así, ya que enamoró profundamente durante años a dos poderosos hombres conocidos por sus actitudes mujeriegas no sólo con un cuerpo joven y sexy.
Sólo han permanecido tres bustos de Cleopatra y monedas q pueden conformar una imagen mas real de su rostro.
Cleopatra visionó todo lo que quería conseguir y se dio cuenta que para lograr sus objetivos necesitaría el dinero y el poder de los romanos y aunque mucha gente como Octavio lanzó arduas campañas en su contra describiéndola como peligrosa, pervertida o promiscua, ella no se detuvo. Aun parecer frívola, los jeroglíficos muestran una reina muy preocupada por el pueblo egipcio, aunque para ellos era una forastera. Había habido mujeres poderosas antes pero ninguna se había apropiado del trono para ella misma.
Las extravagancias de Cleopatra
Como mujer astuta que era, Cleopatra sabía que su imagen debía ser impactante, igual que sus actos, y supo cómo crear una imagen que pasaría a la historia. Cleopatra es conocida por su maquillaje con el que agrandaba sus ojos dándoles forma felina y remarcando mucho las cejas. Los realzaba con sombras verdes y azules y con brillo de nácar en polvo. Usaba también polvo de carmín para las mejillas y ocre rojo para pintar sus labios. Los ojos maquillados también cumplían una función médica protegiéndose de algunas enfermedades.
Cleopatra extremaba los cuidados de su cuerpo, tomando baños de leche de burra, limpiándose la cara varias veces al día con una agua de rosas que mandaba preparar y aplicando carne de ternera fría en el rostro cada mañana para conservar su tersura.
Sus ojos de los que todos hablan como una mirada encantadora y altiva cuidaba sus pestañas con aceite de almendras. También tenía tratamientos continuos contra el acné o contra la as arrugas.
Dicen que Cleopatra adoraba beneficiarse del semen y que lo usaba como regenerador y vitalizador de la piel. El semen era considerado en la antigüedad como algo sagrado y con innumerables funciones, así que no es de extrañar. Según las leyendas de los papiros de la época, Cleopatra disponía de un esclavo que le proveía el semen para aplicárselo todas las noches en el rostro y así preservar su belleza.
Hiciera lo que hiciera, Cleopatra es y será una musa intemporal. Una mujer que en un mundo que por condición no le dejaba ser quien ella quería, supo cómo hacer las cosas y cómo actuar para cumplir sus propósitos y pasar a la historia como la primera mujer que reinó sola y como un ejemplo de que la belleza sale del interior y de la actitud en primer lugar.
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Todas a regenerarse y vitalizar la piel!! Qué génia jajaja
Marina: siii a cuidarse!!!
3esquire