Hoy os traemos la biografía de la bailarina, cantante y actriz Joséphine Baker (3 de junio de 1906 – 12 de abril de 1975), una mujer que mostró a lo largo de su vida muchos de los valores y fortalezas de las que hablamos en nuestras clases de Burlesque.

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SUS PRIMEROS PASOS

Joséphine Baker nació en Missouri en 1906. Creció desde niña alternando la escuela con el trabajo: ayudando a su madre a limpiar casas y siendo cuidadora de los niños de familias ricas que le recordaban que “no besara a los bebés” porque era de color. A los trece años empezó de camarera en un Club donde conoció a su primer marido, un matrimonio que duró muy poco. A su corta edad, Joséphine ya era una mujer peculiar para su época: ella nunca dependió económicamente de ningún marido, por eso nunca dudó en dejarlos cuando consideró que ya no quería seguir la relación por cualquier motivo. Por eso se casó y se divorció tres veces más.

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EL INICIO DE SU TRAVESÍA

De su segundo marido cogió el apellido Baker, y de su tercer marido, la nacionalidad francesa. Joséphine Baker bailaba desde niña y tenía claro que quería ser artista. Antes de casarse por segunda vez, Joséphine dio la vuelta a estados unidos con un trío de artistas callejeros, The Jonas Family Band y los después con los Dixie Steppers actuando en varios números cómicos. Pero Joséphine se encontró con que no la dejaban actuar porque consideraban que era “demasiado delgada y demasiado oscura”. Pero ella nunca renunció a su sueño: quería actuar como protagonista y ser famosa; así que igualmente se aprendía las coreografías y las canciones de las chicas que actuaban aunque sólo se dedicaba a coser los vestidos detrás del escenario. Por este motivo, cuando alguna de las chicas fallaba Joséphine siempre era llamada para suplirla, porque sabía sin problemas lo que debía hacer. La audiencia adoraba su toque cómico. Durante la gira conoció a su segundo marido, pero no dudó en divorciarse de él a los 16 años para irse a seguir su sueño: actuar en Nueva York.


EL SUEÑO EUROPEO

Joséphine no tuvo éxito allí pero alguien creyó en ella y le ofreció un buen sueldo y un papel protagonista con la condición de irse a París. La ciudad de la luz quedó atrapada por su peculiaridad, su pelo corto totalmente diferente y sus movimientos exóticos impactantes. El show que presentó, La Revue Nègre fue un punto de inflexión en su carrera. Cautivó a la audiencia con su número Danse Sauvage junto con Joe Alex. Joséphine enloquecía al publico con sus movimientos desinhibidos y vestida sólo con una falda de piel llegando a ser la sensación de las noches parisinas.

Eso le dio un sueldo aún más alto, que se gastaba en ropa, joyas y animales. Joséphine adoraba los animales y llegó a tener un leopardo (Chiquita), un chimpancé (Ethel), un cerdo (Albert), una serpiente (kiki), un ganso, un loro, peces, tres gatos y siete perros. No hay duda de que amaba a los animales…

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Su nombre ya estaba consagrado en la sociedad parisina y volvió a sorprender a todos cuando hizo La Folie du Jour, un número con una falda hecha con 16 bananas que pasó a la posteridad. Es una de las mujeres más fotografiadas de la historia de su época. Joséphine fue la primera mujer afroamericana en protagonizar una película. Baker hizo una gira por toda Europa. Baker lo había conseguido: era una de las vedettes más importantes del mundo, una modelo conocida y una destacada pin-up.

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Y EL DESPERTAR AMERICANO

Joséphine volvió a Estados Unidos, pero la sociedad americana repudiaba a la estrella por su color de piel y las críticas eran igual de crueles con ella aun siendo una celebridad en Europa. Joséphine volvió a París con el corazón roto.

Trabajó con la resistencia francesa durante la segunda guerra mundial y sirvió de espía pasando mensajes entre las partituras de música. También amenizaba a las tropas con sus shows para subirles la moral. Le dieron una medalla de guerra por su trabajo y dedicación.

Durante los años 50 y 60 Joséphine no dudó en visitar los Estados Unidos para luchar contra el racismo. Se metió de lleno en batallas para defender los derechos de la comunidad afroamericana hasta tal punto que la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People) fijó el 20 de mayo como el día de Joséphine Baker en su honor por sus esfuerzos con la causa. Cuando Martin Luther King murió quisieron que liderara el movimiento pero Joséphine lo declinó.

LA TRIBU DEL ARCO IRIS

Una de las cosas que más afectaron a la artista fue no poder tener hijos. Pero también fue durante ese periodo dónde Baker, junto con su tercer marido, empezó a adoptar niños formando una familia a la que ella llamaba La Tribu del Arco Iris. Ella demostró que niños de diferentes etnias podían ser hermanos sin ningún problema. Muchas veces llevaba a los doce niños con ella en sus giras por todo el país para que la gente se diera cuenta de lo felices que eran todos juntos.

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AMOR SECRETO

Durante esos viajes conoció al artista americano Robert Brady con quien encontró un amor a un nivel platónico correspondido. Ella ya estaba divorciada de su cuarto marido así que decidieron casarse en una iglesia vacía que encontraron en Acapulco. Se dieron los votos sin que aquello fuera legalmente reconocido pero significó una atadura emocional y sentimental que nunca rompió y que mantuvo en secreto porque no quería que la prensa lo ridiculizara.

En este punto de su vida Joséphine Baker volvió a actuar en un teatro en Nueva York, y aunque aseguró estar nerviosa por volver a vivir un escarnio público por su condición eso no la detuvo a actuar. Pero esta vez la audiencia sí supo reconocer su gran valía y el público mostró su adoración sin pudor.

Aunque Joséphine pretendió retirarse en varias ocasiones, nunca paró de actuar para solucionar algunos problemas económicos que tuvo aunque contaba con la ayuda de grandes amigos como Grace Kelly o Brigitte Bardot quienes nunca dudaron en ayudarla por lo mucho que la admiraban.

Mujer lista e inteligente, Baker fue capaz siempre de usar su imagen para conseguir sus metas, rompiendo esquemas y moldeando al público a su antojo para definir su futuro como quisiera. No en vano se ganó el nombre de la diosa criolla o la venus de ébano. Joséphine Baker siempre luchó por sus sueños, nunca abandonó sus ideales y siempre lo hizo con una sonrisa en la cara. ¡Todo un ejemplo de superación personal!

Aún quedan grabadas algunas de sus actuaciones, como una de las más famosas y destacadas, el baile con la falda de bananas